No hay duda que, apenas está lista la carne, todos queremos comerla. No dejamos ni pasar un segundo fuera del horno o la parrilla pues el jugoso corte llama. Sin embargo, para que la carne logre su objetivo en nuestros paladares, el reposo es vital.
Durante el proceso de cocción y por acción del calor, la coagulación de la proteína tensa las fibras musculares. Como la carne se cocina y se contrae de afuera hacia adentro, el jugo se dispersa hacia el centro de la carne, que es la parte menos cocida.
Si se corta de inmediato, los jugos terminan en la tabla de cortar en lugar de permanecer en el interior de la pieza de carne.
Es por eso que dejar descansar la carne después de la cocción es determinante para un jugoso y delicioso corte.
“¿Y si se enfría?” Puede ser uno de los “peros”, para comer de inmediato, pero para evitar esto, se debe cubrir con un plato o papel aluminio durante unos minutos. Cuando más grande sea la pieza de carne, más tiempo necesitará.